jueves, 7 de mayo de 2009

Si respondo al llanto de mi bebe, ¿lo estoy malcriando?


El llanto es el lenguaje que usa el bebe de pocos meses para comunicarse con vos. Es la forma más clara, más urgente y directa que tiene para hacer esto. Si en vez de llorar puediera decir "¡Mamá, vení, ayudáme!", ¿no correrías a ver qué necesita? El llanto quiere decir eso, y aunque a veces no puedas hacer que pare de llorar, tenés el poder de calmarlo y de ayudarlo a volver en sí. Si sos como la mayoría de las mamás, no aguantás esuchar el llanto de tu hijo bebito. Y eso es lo normal: hay algo de exasperante y de urgente en el sonido del llanto de un bebé. Esto es así porque es la forma que la naturaleza tiene de garantizar que ese niño será atendido, si es posible, en ese mismo momento. Casi siempre, solamente alzándolo, hamacándolo, hablándole o acaricándolo el bebe dejará de llorar. Ofrecerle el pecho también es un recurso que funciona. Muchas madres intuitivamente hacen esto y se ahorran horas de llanto. Aunque un bebe que llora necesita a su mamá, vos no sos la razón por la que él llora, ni la responsable de lograr que pare de hacerlo. Los niños chiquitos lloran impulsados por sus propias necesidades y por su temperamento. Algunos lloran más, otros menos, e inclusive algunos lloran aunque los tengan a upa (aunque una buena dosis de upa reduce mucho los episodios de llanto). Los bebes que lloran no lo hacen porque sus padres sean "peores" sino simplemente porque algunos niños son así. Tener esto presente puede ayudarte a mantener la calma cuando esto pasa. No es tu culpa que tu bebe llore, pero es tu misión acompañarlo y sostenerlo hasta que se sienta mejor.
Probablemente tengas que investigar las causas del llanto si repetidamente ni el pecho ni los brazos lo calman. El pediatra podrá revisarlo y descartar cosas como reflujo o quizás algún alimento en tu dieta si lo estás amamantando. A veces los lácteos consumidos por la madre provocan cólicos en los bebés.
Responder al llanto de tu bebé es una de las cosas más importantes que hacés durante los primeros meses. Cuando prestás atención a su llanto le estás enseñando muchas cosas que son claves para su desarrollo temprano. Por ejemplo:
1) Le estás enseñando que él puede hacer que algo suceda.
2) Que es una persona importante cuyas quejas importan.
3) Que el mundo de su familia es un lugar amoroso donde siempre habrá alguien que se preocupe por él y que lo ayude a sentirse bien.
4) Ayudando a que se calme, le estás enseñando que después del estrés viene la serenidad.
Todas estas lecciones hacen que disminuya su ansiedad interior y que adquiera el hábito de estar en paz la mayor parte del tiempo.
Si respondés enseguida al llanto de tu bebé durante las primeras semanas de su vida, al mes o dos meses estará llorando mucho menos. Esta es una gran ventaja: ¡es mucho más fácil criar a un bebe feliz! Responder rápido, apenas una escucha el principio del llanto, evita escenas de frenesí total de las que es mucho más difícil salir. Si una deja escalar el llanto, el tiempo que te llevará calmar a ese bebe es mucho más largo. Todo ese tiempo innecesario te dejará tensa, perturbada e inclusive a veces con sentimiento de culpa. El tiempo que hayas ganado para vos misma demorando la respuesta a tu bebe, no compensará este otro tiempo desesperante que pueda durar el consuelo y la vuelta a la calma.
Un bebe chiquito cuyo llanto es respondido, aprende desde el primer momento que solamente tiene que molestarse un poco para enseguida ser atendido. ¿Esto quiere decir que está siendo malcriado? Para nada. Significa que está aprendiendo a utilizar señales sutiles para lograr que sus necesidades sean satisfechas. Muy pronto, su mamá lo conocerá tan bien que ni siquiera tendrá que recurrir al llanto: esa mamá sabe, por ejemplo, que a ese bebé le gusta que lo levanten apenas se despierta, entonces no espera a que llore para hacerlo y el bebito aprende a confiar ciegamente en su mamá, no llegando a experimentar miedo. Esa madre y ese bebe se sentirán entonces felices de entenderse tan bien.
Demorar la respuesta frente al llanto de un bebe de pocos meses, le estará enseñando también varias lecciones: primero, que para ser atendido tiene que llorar mucho y fuerte, por lo tanto no se detendrá en señales sutiles antes de estallar en llanto. Si al rato nadie acude a él, probablemente dejará de llorar. Esto es así porque se resignará, se dará por vencido, entendiendo que no tiene sentido seguir enviándole señales a sus padres porque simplemente éstos no responden. Esto no genera un sentimiento de bienestar interior, sino que desencadena la desconfianza hacia sus padres.
Cuando tu bebe esté recién nacido o tenga pocos meses, no te preguntes si conviene levantarlo o no cuando llora: simplemente levantálo y descubrí con él la mejor forma de calmarlo. La mayoría de las veces la respuesta que él espera sos vos, una persona, no un juguete o un pañal seco o la cuna o una hamaca. Su mamá.
Todo esto parece simple pero las mamás se preguntan si es bueno saltar ante el primer quejido de su bebito y tomarlo en brazos. Se empiezan a sentir controladas por su bebe y se preguntan si no están sentando un precedente que les complicará los años futuros. ¿No estás reforzando su conducta de llorar cuando lo levantás ante su primera necesidad? La respuesta es "no". Tenemos que tener presente: el llanto es el lenguaje que utilza el bebe; cuando respondés ante él, la conducta que estás reforzando es la de su comunicación con vos y con el entorno, su intención de conectarse con el mundo y de pedir ayuda cuando algo lo inquieta. ¿No queremos criar hijos con capacidad para el contacto con otros seres humanos? ¿No es esta una habilidad esencial tanto para los niños como los adultos? Con el tiempo, tu bebe irá aprendiendo otras formas de comunicación más allá del llanto. Y lo hará tan rápido como rápido vos respondas a su primera forma de comunicación.
Por eso, cuando tu hijo llore, no pienses en que tenés que hacerlo parar. Intentá descubrir la razón que lo mueve a hacerlo, la forma para calmarlo, tan única y particular como él. Y así, la relación que establezcan será una fuente de alegría para los dos.
De: "The 25 things every new mother should know", Martha Sears.